El agua dura es aquella que contiene una alta concentración de minerales disueltos, principalmente calcio y magnesio. Estos minerales provienen de las rocas y suelos por los que pasa el agua antes de llegar a nuestras canillas. Este tipo de agua puede tener un sabor distinto, a veces descrito como más «mineral» o «metálico».
El agua dura puede causar varios problemas en el hogar, afectando tanto el funcionamiento de los electrodomésticos como la salud y el confort diario:
Acumulación de Sarro: El agua dura provoca la acumulación de depósitos minerales, conocidos como sarro, en cañerías, calderas, termotanques y electrodomésticos como lavarropas y lavavajillas. Estos depósitos pueden reducir la eficiencia y la vida útil de los electrodomésticos, además de causar obstrucciones en las cañerías.
Reducción de la Eficiencia Energética: La acumulación de sarro en termotanques puede actuar como un aislante, haciendo que los termotanques trabajen más para calentar el agua, lo que resulta en un mayor consumo de energía y, por ende, en facturas de luz más altas.
Problemas en la Piel y el Pelo: El agua dura puede dejar residuos de jabón en la piel y el cabello, lo que puede causar irritación, sequedad, y hacer que el cabello se sienta áspero y difícil de manejar.
Dificultad para Lavar Ropa y Platos: El agua dura puede reaccionar con el jabón y los detergentes, formando una espuma menos efectiva. Esto puede dificultar la limpieza de ropa y platos, dejando residuos y manchas que son difíciles de quitar.
Manchas en Superficies y Cristalería: Puede dejar manchas de agua en superficies, azulejos y cristalería. Estas manchas son residuos minerales que quedan cuando el agua se evapora, y pueden ser difíciles de limpiar.